El presupuesto de Defensa para este año experimentó un súbito incremento
del 28,21%. El Consejo de Ministros el pasado 7 de septiembre aprobó un crédito extraordinario de
1.782 millones de euros
para programas de armamento , sólo diez días antes de la inauguración oficial del curso académico de la Universidad de Zaragoza por parte de
Luisa Fernanda Rudi, presidenta del Gobierno de Aragón y ex-presidenta del Congreso de los Diputados durante la última legislatura del gobierno de Aznar .
Una sencilla división matemática nos permite comprobar hasta que punto las prioridades de estos gobiernos europeos tan entusiastas, sin excepción, de la senda de los recortes económicos y de derechos en la mayoría de las áreas, no coinciden con las necesidades reales de la población de educación, sanidad, servicios sociales...
Cada cual puede poner con el gasto militar el foco en lo que desee, pero nosotras descubrimos que, curiosamente, el resultado era casi, por pocas centésimas, un múltiplo exacto de 7: las veces que el
presupuesto al completo de una universidad como la de Zaragoza, de menos de 256 millones de euros, podría costearse con esa cifra mil millonaria que seguirá engordando las
cuentas de resultados de la industria de armamento.
Y eso que
hemos intentado ser conservadores con el dato de esa desproporción, ya que, en realidad, del monto total del presupuesto, sólo el 69,5 por ciento es aportado por las administraciones, autonómica (en su mayoría) y central, mientras que el 24 por ciento (61.513.970 euros), se debe a los
ingresos propios de la Universidad, sobre todo por matrículas y estudios oficiales.
Creemos que es hora de cuestionar la prioridad en el pago de ciertas deudas para poder afrontar un futuro mínimamente digno para el conjunto de la población. Deudas, como las que han acarreado la compra de armamentos, que se podrían considerar -incluso jurídicamente- ilegítimas, ya que se difirió su pago a futuros presupuestos
aun a sabiendas de que nunca podrían satisfacerse los compromisos financieros adquiridos.
Insistimos: tenemos otras prioridades. Y actuamos en consecuencia, porque, siendo realistas, no será un agente secreto enfrentado al tal Wert, transmutado en el malo de la película "007 contra el Dr.No", el que nos descubra que la justicia social no caerá del cielo. O que esto no es una crisis: Es una estafa.
